Pues ahora me he propuesto hacer
una colección ficticia sobre esos lugares que para algunos pertenecen a un
paraíso idílico: las librerías de la ciudad de México; un pequeño oasis en la
complicada y caótica ciudad, ese sublime sitio que brinda un pequeño instante
de tranquilidad frente al caos y al movimiento que suponen en la gran urbe mexicana. Éste es sólo un pequeño listado, sin orden de importancia, para dejarse seducir por una sorprendente oleada de aventuras y todo tipo de historias.
Conejo Blanco: Desde 2006, una casona
en la Condesa ofrece a su público una exquisita selección de libros independientes
que seguro no hallarán en otro lugar. Se trata de la librería Conejo Blanco, nombrada así por el cuento de Alicia en el
país de las maravillas y descrita como el lugar para quien disfruta los
libros. Especializada en textos de arte, arquitectura, música, diseño, cine y
fotografía, este espacio es, en pocas palabras, un completo mundo mágico que
ofrece experiencias únicas a los amantes de la lectura y el arte. Además de su
galería de libros, los visitantes pueden disfrutar de fascinantes exposiciones
y un exclusivo restaurante de comida thai.
El Hallazgo: Todo un arsenal de títulos
de corte general se esconden en la calle de Mazatlán de la colonia Condesa, es
la pequeña librería El Hallazgo que, pese a su tamaño, cuenta con miles de
ejemplares listos para ser descubiertos y ofrecerles al lector, ¿por qué no?,
el hallazgo de su vida. Este lugar es un montón de sorpresas ocultas entre
sus pasillos y sobre el techo donde desfila un sinfín de curiosidades que los
dueños han encontrado entre las páginas de sus libros.
FCE Rosario Castellanos: Pronta a
celebrar su 80 aniversario, las librerías del Fondo de Cultura Económica cuenta
en su acervo con una enorme colección de títulos, y 35 librerías tanto en
México como en el extranjero, la más grande del FCE es la librería Rosario
Castellanos, ubicada en el Centro Cultural Bella Época de la ciudad de México,
un lugar que goza de una arquitectura superior y que representa un encuentro íntimo con el mundo de las letras gracias
a la enorme colección de libros para el deleite de chicos y grandes.
El Juglar: Con 35 años
promoviendo la cultura en nuestro país, el Centro Cultural El Juglar, ubicado
en la colonia Guadalupe Inn, cuenta con un extenso
conjunto de títulos de interés general, albergados en su librería, un espacio
donde se reúne el ser humano y sus ideas. El Centro ofrece también una galería,
un teatro y una cafetería que hacen más placentera la lectura, cualquier puesta
en escena o simplemente una charla entre amigos.
Porrúa: Es la esquina de Argentina
y Justo Sierra del centro histórico de la Ciudad, la que por más de 100 años ha
visto desfilar a periodistas, escritores y todo tipo de transeúntes para
reunirse en una de las más grandes librerías de México. Perderse en su
descomunal acervo resulta toda una aventura, el sitio ideal para encontrarse
con los clásicos literarios más buscados o, bien, con el libro más raro, aquí
hay de todo y para todos. La majestuosa vista al Templo Mayor y a la Plaza del
Zócalo que ofrece su terraza es quizás la cereza en el pastel de este espacio
abierto a la cultura y a todo público que busque más que sólo comprar un libro.
Tienda Assouline: Esta sorprendente
editorial francesa esconde un gran surtido de ejemplares dedicados al arte; Tienda
Assouline, está plagada de un ambiente parisino, pero ubicada en la calle Newton de Polanco
de la ciudad de México. Su arquitectura y decorado transportan por completo a cualquier
visitante a una galería de diseño y arte, con sus floreros y lámparas que le
dan un toque retro. Imposible no sumergirse en su colección, en los detalles de
sus obras dedicadas a la fotografía, la arquitectura, diseño de interiores,
moda y cocina.
El Péndulo: Entre sus seis
sucursales en la Ciudad de México, distinguidas por su diseño y estética,
destaca “El Péndulo, Polanco”, considerada una de las librerías más bellas en
el mundo y nombrada a sí misma como “cafebrería” por combinar el encanto de los libros con la posibilidad
de disfrutar desde un rico café hasta un completo desayuno. Este centro
cultural se ha hecho famoso por las manifestaciones artísticas que ofrece a
todo público: presentaciones literarias, conciertos, cursos y su extensa
colección de discos, películas y, por supuesto, libros; y si bien, es imposible
no dejarse seducir por todo su abanico artístico y su placentero diseño, a sus
atractivos se suman sus salas de estar y sus cafés estilo bar, un completo
restaurante se pone ante los ojos de los ávidos lectores, donde figuran exquisiteces como Huevos Paz o Huevo Macondo, un menú exclusivo que alude a las clásicas obras literarias.
Gandhi: Al sur de la Ciudad,
reside la principal sucursal de librerías Gandhi, justo el local donde nació
hace más de 40 años esta plaza cultural. Con una exitosa e irónica campaña
publicitaria, se ha convertido ahora en una de las librerías de mayor
reconocimiento mundial gracias a su
vasta colección de libros, discos y películas de todo género, y a sus eventos
de interés cultural. Gandhi es sencillamente un punto de expresión con un
estilo moderno y acogedor que invita a todo amante de la lectura a perderse
entre sus pasillos para disfrutar de las letras.
El Sótano: Movida por el deseo de
hacer llegar la literatura hasta el lector, como lo presume su lema, la cadena
de librerías El Sótano se ha propuesto acercar su gran compendio de títulos
editoriales al público entero a costos accesibles, entre sus 12 tiendas sobresalen las
instalaciones de Miguel Ángel de Quevedo, otro sitio de encantador misterio,
capaz de abducirnos de la realidad entre sus más de 350 mil títulos. Esta
sucursal, además del gran listado de novedades en videos, discos y libros con
el que cuenta, posee un exclusivo local pensado para los más pequeños que
disfrutan de la lectura: el afamado Sótano de los Niños.
Calle de Donceles: Y por
supuesto, en este recuento de apasionantes lugares para disfrutar de las
letras, no puede faltar la calle de Donceles del Centro Histórico de la Ciudad,
famosa por su olor a papel añejo. Sí, aquí se instalan las llamadas “librerías
de viejo”, un ícono en la historia de la capital donde se ofrecen libros no
sólo usados, sino auténticas ediciones antiguas de colecciones descontinuadas,
imposibles de encontrar en cualquier otro sitio, la mayoría de las veces, a
precios inauditos. Bucear entre los anaqueles de “El Callejón de los Milagros”,
“Bibliofilia”, “El gran remate”, “El Tomo Suelto”, “El Inframundo” o “El
Laberinto” (algunas pocas de las librerías que visten esta calle), en
busca del libro acertado, resulta una tarea en parte titánica, en parte
fascinante.
Con esta minicolección seguro será
menos difícil encontrar ese libro aguardando nuestra llegada para atesorar fielmente y disfrutar de
su encanto…
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