jueves, 3 de julio de 2014

Es quizá una de las obras más sencillas, sólo han bastado unos marcadores negros y una habitación blanca para darle vida a esta instalación... y claro, un público muy participativo. Se trata de Measuring the Universe creada por el artista checoslovaco Roman Ondák en 2007, un proyecto instalado en el Museo de Arte Moderno en Nueva York, que lo hizo popular por su peculiar forma de ver y crear arte.


La habitación blanca y vacía se fue llenando de marcas colocadas por los visitantes donde anotaban su altura, su nombre y la fecha. Consiguió más de 90 mil marcas que hicieron realidad esta obra. En efecto, la instalación no es admirada luego de crearla como normalmente suponemos debe ser, más bien la gente la visitó durannte el proceso creativo, fue parte de ella, la protagonizó.



El concepto, de acuerdo con el artista, está basado en el deseo de medir el universo y ubicar nuestro lugar en él, justamente de allí proviene su nombre. “El hecho de anotar la medida en la pared, como cuando eres pequeño, alude a la idea de evolución. También remite a ese eterno deseo de medir la escala del universo, de conocer nuestro lugar en el mundo. También es una reflexión sobre la energía que es capaz de generar una masa de gente. Es como un reloj en el que cualquier momento importa. Ese mensaje siempre está implícito en mis obras,” asegura Ondák.




Y es que a partir de entonces el arte de Ondák ha estado marcado por ese deseo de involucrar a la gente, de reflexionar junto con ella el porqué de una obra, la forma de crearla y cómo impacta en sus vidas.

El resultado de Measuring the Universe es una espectacular estela que, si bien representa una idea materializada de Roman Ondák, es parte de los mismos espectadores que contribuyeron a su creación. Cada línea de la obra es una persona que visitó la galería y dejó envolverse por este proyecto. 






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